dissabte, 17 de gener del 2015

Festa de Sant Antoni


Buscando una explicación a la hoguera que se hace en la víspera de Sant Antoni, fecha que ya tenemos encima, tiré de una colección de libros que repasan las fiestas del calendario a lo largo de toda la Comunidad Valenciana.
En concreto consulté el tomo que hace referencia a las fiestas del invierno y sobre un estudio del año 2000 ( fecha de publicación de la colección) y en base a 1.100 celebraciones en distintos pueblos y ciudades, Sant Antoni se celebra en 320 poblaciones ( representando el 29 % de todas las fiestas del invierno), por encima de la Cabalgata de Reyes , que se celebra en 240 poblaciones ( el 22% de las fiestas) y ambas muy por encima  de San José que se celebraba en 114 poblaciones (10%) , la tercera de la lista.
Independientemente de lo que se considera en dicho estudio como celebración o no , pues de las poblaciones de alrededor de Alcoleja, sólo figuraban Confrides y Benasau, quedando también excluida Alcoleja, me llamó la atención, digo, que se celebrase más, incluso, que la Cabalgata de Reyes ( la Navidad quedaba al margen del estudio).
Muchos de los que estáis leyendo estas líneas, sabéis que en Alcoleja sí se celebra Sant Antoni (aunque no salga en este estudio), con la bendición de los animales, la rifa a la puerta de la iglesia y para los más valientes, retando al frío del invierno, con la hoguera, en la víspera.
Por tanto, para todos los que hacen que siga siendo un día especial en el pueblo y dada la importancia de la misma, al menos, en la Comunidad Valenciana, me decidí a escribir este post y trasladaros algunas curiosidades e historias de esta fiesta y de su santo.

La fiesta de Sant Antoni  durante el proceso de industrialización y urbanización experimentó un grave retroceso que en muchos casos comportó su desaparición. Pero desde principios de los años ochenta, gracias a la iniciativa de numerosos grupos y asociaciones locales, está cobrando renovada vigencia como patrón de los animales de compañía. Hay por tanto recuperación de hogueras, bendición de animales y cabalgatas.
La protección de Sant Antoni sobre los animales está bastante difundida y resulta incuestionable. En la iconografía más extendida del santo aparece rodeado de animales domésticos; vaca, jumento, corderos o, cuando menos, acompañado de un cerdo.
En un grabado de 1455, ya se observa la representación de Sant Antoni con el cerdo a sus pies, portando un libro abierto en su mano derecha. A un lado, como en un segundo plano, hay una pequeña hoguera. En otro grabado de 1555, se representa al santo en el momento de curar a un cerdito que había nacido ciego y cojo.
La asociación con el cerdo y los rituales de bendición de las caballerías mayores ya se encuentran bien documentadas en un libro publicado en Barcelona, con autorización del censor del año 1683.Libro en el que además se indica que el milagro de la sanación del cerdito tuvo lugar allí, en el transcurso de un viaje milagroso en tiempos del santo, cuando acudió, tras ser reclamado, para liberar a la familia del rey del azote del demonio.
Dicho libro también cita  hechos históricos como la fundación de la orden antoniana dedicada a socorrer a los pobres y curar a los enfermos del fuego sagrado.
Esta enfermedad epidémica de la Edad Media se contraía por intoxicación alimentaría producida por un hongo parásito del centeno, que envenenaba la sangre y causó estragos por toda Europa. Un contemporáneo la describía hacía el año mil, como un fuego oculto” que cuando arremetía contra un miembro lo consumía y lo separaba del cuerpo”.
La enfermedad se presentaba bajo dos aspectos  diferentes: uno convulsivo y otro gangrenoso. En el primer caso, los enfermos sufrían estados alucinatorios cercanos a la demencia.
En la Edad Media, las enfermedades se atribuían a la acción demoniaca y las víctimas del mal de los ardientes parecían estar poseídas por el diablo. San Antonio  Abad (251-356, Egipto) aparecía pues como un interlocutor idóneo  ya que había sabido resistir todas sus tentaciones. Según su biografía, al quedarse huérfano a los 18 años, vendió todos sus bienes, legó el dinero a los pobres y se consagró a la vida ascética, retirándose al desierto, donde fue tentado por el demonio reiteradas veces. El sufrimiento experimentado durante dichos enfrentamientos podía ser comparado con el de los enfermos afectados por el fuego sagrado.
Por ello, los peregrinos acudían a Saint-Antoine-l´Abbaye (en la provincia francesa del Delfinado) para curarse y protegerse del ataque de la enfermedad. Allí la orden de los hospitalarios practicaba una medicina innovadora: aplicaban a los enfermos ungüentos y brebajes basados en la grasa del cerdo, excluían el centeno de la alimentación y encargaban la amputación de los miembros gangrenados a cirujanos laicos.
La conexión entre esta función terapéutica del patronazgo antoniano y los ritos del fuego extendidos por diversas regiones no resulta evidente ni parece justificada. Pero la asociación de Sant Antoni con el fuego se halla presente tanto en su iconografía como en su hagiografía. En numerosas regiones se le invoca contra los incendios y quemaduras. Fue patrón de gremios relacionados con el fuego (alfareros, arcabuceros, bomberos, herreros) y en algunos lugares, para conjurar los incendios, se solía efectuar un ritual de circunvalación (dar la vuelta a la casa) portando un toro. Éste después se sacrificaba y se vendía a piezas, destinando el dinero conseguido al culto de Sant Antoni.

Al final no encontré una explicación clara del porqué de la hoguera , pero si es cierto que en muchas poblaciones de la Comunidad Valenciana se llevan a cabo, siendo una de las más famosas la de Canals, y espectacular, a juzgar por las imágenes.
Bueno, espero que no resultase muy largo, y que haya servido para aprender algo más de nuestras tradiciones; sobre todo para que no se pierdan.
Ánimo a los valientes que  se atrevan con alguna hoguera  en la víspera, y si al final el frío no lo hace posible, igualmente enhorabuena por haberlo intentado.
 Saludos a todos.


Bibliografía: Calendario de Fiestas de la Comunidad Valenciana. Fundación Bancaja.