dimecres, 15 de juliol del 2015

Libélulas


Sin abandonar nunca la esperanza de captar una imagen más de la naturaleza que rodea Alcoleja, a finales de la primavera pasada, ¡qué lejos queda después de esta larga ola de calor que estamos sufriendo! , un 7 de junio, conseguí fotografiar la libélula que encabeza este post.
La recompensa por la espera y paciente observación de su vuelo, creo que fue justa. Los diez minutos que tuve que dedicar a perseguirla con el teleobjetivo montado en la cámara de fotos los di por bien empleados al ver el resultado, que aunque mejorable, vino a demostrarme una vez más, que en el medio natural, los tiempos los marcan otros y si quieres llevarte algo de él, aunque sea en forma de fotografía, será cuando el te lo permita como señal del respeto que le debemos. Cada vez más, nosotros somos los extraños en dicho medio, debiendo ralentizar nuestro ritmo y esperar a que se sincronice con el que nos rodea. Como digo, el pequeño esfuerzo me mereció la pena.
Ahora puedo compartir con vosotros los detalles de este bello insecto que más de una vez se nos ha cruzado en uno de sus típicos vuelos rasantes.

Las libélulas se alimentan de moscas y mosquitos fundamentalmente, por lo que observarlas por el pueblo en verano es una buena señal de que contamos con refuerzos para combatir a los otros molestos insectos. Son unas cazadoras de alta tecnología, con una visión de casi 360º y una capacidad de vuelo estático que confunde por completo a sus víctimas.

Por lo general, las culturas asiáticas, como China, Vietnam y Japón tienen un gran respeto por la libélula. A menudo, los japoneses ven a la libélula como símbolo de la alegría o la felicidad. Tanto para unos como para otros son también símbolo de coraje y fuerza. Mientras que Japón y China usan las libélulas con fines médicos, los vietnamitas las utilizan para ayudar en el pronóstico del tiempo.

Por último, y como decía antes, que lejos queda también la última salida que hicimos al camino de Recatx de la cual os dejo un par de fotos.
Sigo con la intención (y sé que alguno más me secunda en la idea) de terminar los tramos que nos quedan para que tengamos una ruta circular que salga y vuelva desde el pueblo aprovechando los otros caminos que ya recuperamos hace tiempo. Pero este calor nos tiene acobardados. Espero que pase pronto y no venga ninguna ola más dejando un agosto con noches frescas y amaneceres que nos inviten a salir al monte.
Saludos a todos.